Mantener la información personal confidencial. Por ejemplo,
no dar su nombre, edad o número de teléfono.
Conocer los servicios y sitios web que utilizan sus hijos.
No creer todo lo que lea o vea en línea.
Animar a sus hijos a que le expliquen las cosas que encuentren
que sean provocativas, obscenas, amenazadoras o que les hagan
sentir incómodos.
No culpe inmediatamente a sus hijos si recibe o accede a algún
contenido obsceno - puede que lo haya hecho de forma accidental.
Utilice Internet como una actividad familiar y, siempre que
sea posible, mantenga el ordenador en una habitación familiar
y no en la habitación de sus hijos.
Intente conocer a los amigos en línea de sus hijos como
lo haría con sus otros amigos.
Intente no utilizar el ordenador o Internet como una canguro
electrónica.
Establezca sus propias reglas de oro y, después de discutirlas,
colóquelas al lado del ordenador.